Por: Andrea Guzmán
Encontrar a los empleados ideales es un constante reto para empresas y managers de todo el mundo. Tener experiencia previa, las calificaciones suficientes, manejo de programas, actitud proactiva, “ganas de superarse”… Las empresas parecen tener muy claro qué es lo que buscan en sus empleados.
Sin embargo, algo que aún no hace clic en muchos trabajos es justo el otro lado: que los empleados tengan muy claro qué es lo que quieren cuando buscan trabajo.
Esto tiene muchas razones. La primera es que, en un mercado de oferta y demanda desequilibrado en donde la precariedad laboral, los sueldos bajos y el trabajo informal es la constante para las personas que buscan empleo, poner condiciones y exigir temas básicos como prestaciones de ley a veces se vuelve una misión titánica. Con esto en mente, llegar al punto de pensar en temas mucho más desarrollados del mundo corporativo como el concepto de “horas base”, trabajo remoto, flexibilidad para padres e igualdad de oportunidades para hombres y mujeres se vuelve casi inasequible.
Pero eso no quiere decir que no pese. La conversación está evolucionando cada vez más y los empleados están menos dispuestos a estar en trabajos que no cumplan con sus expectativas, que no les permitan tener una buena calidad de vida y que afecten su salud mental. Glassdoor, la popular red empresarial y de reclutamiento, publicó las principales razones por las cuales la gente renuncia a sus trabajos, de las cuales rescatamos las siguientes:
- Falta de flexibilidad en horarios: las jornadas laborales de 8 horas están empezando a ser cosa del pasado y la pandemia por el COVID-19 nos demostró que el trabajo puede ser mucho más flexible de lo que estábamos acostumbrados. Ahora, las personas están buscando empresas que les ofrezcan más flexibilidad de horarios, lugares de trabajo y resultados.
- Expectativa de estar conectado todo el tiempo: si bien la pandemia nos mostró lo importante que es poder trabajar desde donde sea y con más flexibilidad, también acentuó un problema del mundo laboral: la expectativa de estar todo el tiempo disponible. Hoy en día el celular funge como nuestro centro de trabajo y, por alguna razón, muchas empresas y managers tienen la impresión de que no hay límites para estar en contacto con los empleados. Aquellas personas que se han encontrado con esto son más propensas a salir de las empresas.
- No sentirse valorado: motivar a los empleados va más allá de darles bonos al final del año y ofrecerles una estación de café gratis, tiene que ver con un reconocimiento puntual de su esfuerzo. Aunque no lo creas, muchas personas renuncian a su trabajo porque no lo ven reconocido en la empresa en la que están; una crítica directa a la manera en que se hace el management en el mundo corporativo actual.
- Comunicación ineficiente: falta de claridad sobre la estructura, falta de comunicación alrededor de proyectos, comunicación deficiente entre managers y empleados… Esto es un motivo de peso para la renuncia ya que hace sentir a los empleados como que no tienen mucho entendimiento de qué pasa en la empresa y los hace sentir fuera de la cultura.
- Metas y objetivos poco realistas: el management es esencial en este punto. Muchas empresas evolucionan de manera tan rápida que necesitan talentos variados y se aprovechan de esto para dejar las metas y objetivos de los roles en un campo ambiguo. ¿Qué es lo que pasa? Que al final alguien que fue contratado para hacer un trabajo específico acaba haciendo labores de otros roles o teniendo expectativas de performance totalmente irreales que tienen consecuencias en sus horas de trabajo y su salud mental. Sin expectativas asequibles y claras, es evidente la razón por la cual los empleados renuncian a estos trabajos.
Algo que queda claro al ver estos puntos es que la conversación empieza más allá de sólo sueldos, prestaciones, bonos de productividad… Cada vez más la fuerza laboral está buscando tener una buena calidad de vida y ver su trabajo como una parte más de su día a día, pero no el centro de su existencia. Los empleados empiezan a tener otros valores, ver temas como la salud mental como prioridad y entender que hay que trabajar para vivir y no vivir para trabajar.
La conversación está abierta y es un debate que tanto empleados como empresas tienen que considerar. Como empleado: hay que tener muy claro qué es lo que queremos de un trabajo y asegurarnos que tenemos las condiciones laborales que esperamos. Como empresas hay que saber adaptarnos a las expectativas de las nuevas generaciones de empleados y hacer políticas de reclutamiento y manejo de recursos humanos mucho más modernas y adaptadas a lo que estamos viendo en el mundo laboral actual.